El Activismo político de la Iglesia católica durante el gobierno de Zapatero (2004-2010)

Abstract

Este trabajo analiza la Iglesia Católica Española (ICE) como un grupo de interés que persigue mantener y/o aumentar su influencia política en democracia mediante la adopción de decisiones racionalmente calculadas que afectan a su status quo y objetivos declarados. Para eso, la Iglesia se ve «forzada» a forjar alianzas con determinados grupos sociales y partidos políticos. La estrategia política de la Iglesia puede, sin embargo, adoptar un perfil bajo o alto, traduciéndose este último generalmente en el ejercicio de un activo papel de adversario político. Esta ha sido la estrategia elegida por la ICE respecto a dos reformas políticas promovidas por el gobierno socialista de Zapatero: la que ha conducido a la aprobación del matrimonio para personas del mismo sexo y la que ha ampliado la despenalización del aborto. La pregunta que orienta el presente estudio es por qué la ICE se ha implicado tan intensamente en esta lucha política, plasmada en el desarrollo de campañas y en la movilización social contra estas reformas, cuando diferentes iglesias católicas en otros países europeos se han abstenido de ejercer un protagonismo político similar. La explicación pone énfasis en el lado de la oferta, es decir, en el tipo de iglesia y de liderazgo religioso existente en España. Las causas del activismo político de inspiración religiosa son, pues, endógenas: una Iglesia que cuenta con importantísimos recursos de todos tipo y con un mercado religioso casi-monopolista, que facilita que la ICE se presente como «la institución que representa a la gran mayoría de los españoles», la percepción de grave amenaza que deriva de la aprobación de ciertas «políticas altamente sensibles» sobre las que, además, ciertos sectores sociales exhiben una alta intensidad de preferencias, y la existencia de importantes aliados sociales (o grupos de inspiración cristiana) y políticos (principalmente el PP y UDC) contrarios a las reformas socialistas. Para defender los objetivos pro-vida y pro-lobby, la organización de conferencias de prensa y publicación de comunicados, hasta el apoyo (y, a veces, promoción directa) a manifestaciones organizadas primordialmente por grupos sociales y, subsidiariamente, por partidos.