Guerras profanas
Resumen
Según la autora de este trabajo, los actos siniestros perpetrados por cuerpos convertidos en arma no están vinculados con ningún contenido religioso según el cual, por decirlo de este modo, una liberación de la prisión del cuerpo impuro, o de la comunidad religiosa frente al menosprecio de Otro, conlleven una autoaniquilación con la exigencia simultánea de aniquilar a miles de civiles. Como Benhabib mencionó en otra parte con relación a la hermenéutica, la comprensión religiosa no tiene por qué dejar de implicar «comprensión que es también interpretación y una “fusión de horizontes”, un diálogo a través del tiempo, las generaciones y perspectivas» y esto nos lleva a concluir que las orientaciones valorativas (de corte religioso) de la acción no se pueden encerrar en sí mismas sin proceder a la autocrítica de sus propios fundamentos. Para Benhabib, el problema no es tanto creer en algo, sino cómo creemos en algo. Los fundamentalistas que destruyen las Torres Gemelas tienen objetivos muy profanos, como cualquier otro actor político, enmascarados de retórica religiosa. Son nihilistas en los fines, pero radicales fundamentalistas en los medios.Palabras clave
modernidad, guerra profana, choque de civilizaciones, fundamentalismoPublicado
2007-04-01
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Derechos de autor 2007 Seyla Benhabib
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